La catarata es una opacidad o pérdida de transparencia en el cristalino, la lente natural del ojo. En condiciones normales, el cristalino es claro y permite enfocar los rayos de luz en la retina, que es la encargada de enviar señales al cerebro para que podamos ver. Cuando se forma una catarata, el cristalino se vuelve opaco, dificultando el paso de la luz y haciendo que las imágenes sean menos nítidas y brillantes.
¿Cómo afecta la catarata a la visión?
Provoca un empeoramiento gradual de la visión, que se percibe borrosa o nublada.
Puede generar deslumbramiento o reflejos molestos, especialmente con luz brillante o de noche.
Los colores y los detalles parecen menos intensos y más apagados.
¿Es progresivo?
Las cataratas suelen desarrollarse de manera lenta, por lo que los síntomas pueden pasar desapercibidos al principio.
A medida que avanza, la visión se deteriora gradualmente, afectando la calidad de vida y las actividades cotidianas.
¿Qué opciones existen para tratar las cataratas?
En las primeras etapas, el uso de gafas o lentes con mayor graduación puede mejorar temporalmente la visión.
La solución definitiva es la cirugía, un procedimiento seguro y efectivo que consiste en sustituir el cristalino opaco por una lente intraocular clara, restaurando la visión.
Recomendaciones:
Realice revisiones oftalmológicas regulares, especialmente si nota cambios en su visión.
Informe a su médico si experimenta síntomas como deslumbramiento, visión borrosa o dificultad para ver detalles.
Instrucciones de cuidados postoperatorios de cirugía de cataratas