El glaucoma es un grupo de enfermedades oculares que dañan el nervio óptico en el punto donde este sale del ojo. Este daño puede llevar a una pérdida gradual de la visión, especialmente la periférica. Aunque la visión perdida por glaucoma no se puede recuperar, con un diagnóstico temprano, un seguimiento adecuado y el uso constante de los tratamientos, se puede prevenir un daño mayor y conservar una visión útil durante toda la vida.

¿Por qué es importante detectar el glaucoma?

• El glaucoma es una de las principales causas de ceguera en el mundo.

• En sus etapas iniciales, el glaucoma no presenta síntomas, lo que dificulta su detección sin exámenes oftalmológicos regulares.

¿Quién está en riesgo? El riesgo de desarrollar glaucoma aumenta con:

• Edad: Personas mayores de 40 años tienen mayor probabilidad de padecerlo.

• Antecedentes familiares: El glaucoma puede ser hereditario.

• Presión intraocular elevada: Un factor común en la mayoría de los casos.

• Otras condiciones médicas: Diabetes, hipertensión arterial y ciertos problemas oculares previos pueden aumentar el riesgo.

¿Cómo se diagnostica? El glaucoma se detecta mediante exámenes oftalmológicos regulares que incluyen:

• Medición de la presión intraocular.

• Evaluación del nervio óptico.

• Pruebas del campo visual y otras pruebas avanzadas según sea necesario.

¿Se puede prevenir el daño?

• Tratamiento: Incluye colirios, medicamentos orales, láser o cirugía para reducir la presión intraocular.

• Revisión periódica: Las pruebas regulares ayudan a detectar el glaucoma en sus etapas iniciales, cuando el daño aún puede prevenirse.

Recomendación: Si tiene más de 40 años, antecedentes familiares de glaucoma o factores de riesgo, programe revisiones oftalmológicas periódicas. La detección temprana es clave para conservar su visión.